Wednesday, July 01, 2009

Clara, Cindi e Ibu. (Parpadear)



En mi sala rococó un libro leía, uno de los pocos que me interesan. Es rojo. El tiempo se perdió entre sus hojas, esperando el momento preciso para tratar de confundirme. Fue cuando llegue al número indicado de páginas cuando las palabras comenzaron a jugar algo parecido a los encantados. Cambiaban de posiciones simultáneamente y al azar. Su travesura me mareo un poco, y como mis ojos me pesaban un tanto que decidí ponerle fin al juego de palabras para dormir. Tuve un sueño, de esos que llego a un punto y me harto de tanta ilusión y prefiero despertar. Al abrir los ojos, me sentí aturdido y con la vista borrosa como si me sacudieran el sofá. Me levante y mire por la ventana. Observe a la vecina que paseaba a su can, luego me opte por ver quien se encontraba en la casa. Parpadee. Estaba acostado en el sofá de nuevo. Una vez más me levante y pise mis lentes negros que reposaban en la alfombra. Me chupe los dientes demostrando mi enfado y parpadee. Estaba acostado en el sofá una vez más. Trate de reincorporarme pero no pude, trataba de mover mis extremidades pero no pude. Solo pude pensar. Caí en cuenta que era inútil, fue cuando decidí parpadear una vez más y no despertar acostado en el sofá.

1 comment:

Gustavo Ruiz said...

quizá sea una demanda del cuerpo, subconsciente, de mirar y observar... pues con cada cerrar del párpado superior, le llega a uno una visión inédita