Sunday, September 13, 2009

Saturday, August 29, 2009

Laska - Melissa


EN MI CORAZON INMUTABLE Y EN LOS SUEñOS IRREPABLES. NO SE EN DONDE ESTOY NI A DONDE VOY. TOMAME A DONDE QUIERAS AUNQUE SEA A OTRA TIERRA. MELISSA, EL TIEMPO TE APREMIA.

Friday, July 17, 2009

Perseguidos en Persia sin razón aparente. Siendo camellos nuestra única compañía. Éramos un grupo pequeño de aventureros ingenuos de los peligros que nos pasaban frente a los ojos como estrellas fugases, tan fugases que nos tuvieron que impactar para sentirlos. Seguíamos la ruta de los camellos, con viento y arena en el cabello, sonrientes y con un brillo peculiar en el iris. Fue cuestión de fases lunares para que ese viento y arena se convirtieran en sudor y sangre, la sonrisa y el brillo en angustia y lagrimas. Fuimos perseguidos sin saber por qué por los naturales de la zona, conflictos religiosos pensé pero sin saber con seguridad porque, la razón no importaba lo importante era sobrevivir. Por días estuvimos escondiéndonos de las vacaciones que tanto anhelábamos desde temprana edad y que hasta hace unos pocos días, disfrutábamos tanto. Una pareja se incorporo a nuestro grupo, ahora teníamos rumbo. Habían escuchado de un lugar donde la gente que era acosada por los naturales se refugiaba, pero era un lugar secreto lo cual dificultaba su localización tanto para los naturales como para quienes buscaban amparo. Después de vagar sin rumbo por el desierto varios días encontramos unas ruinas, casi inapreciables, ya que estaban a las faldas de una montaña que pertenecía a una cordillera. Era solo un gran agujero cuadrado en el suelo, cuyo fondo era arena y piedras. Estuvimos varias horas dudando si deberíamos investigar si este era el refugio predicho o seguir en busca de otro. Decidimos entrar, aunque la decisión fue unánime cuando fuimos atacados por los naturales, fue un momento de caos. La visión se torno rojo, podía oír mis latidos y sentir mis venas pulsantes. Fuego caía por encima de agujero seguidas por lenguas furiosas y extrañas. En el fondo de las ruinas no había nada más que un pasadizo escondido entre muros, era muy oscuro, inapreciable sin alguna fuente de luz externa. Los naturales no se atrevían a entrar, puesto que entre ellos corría el rumor de que había seres malditos y decir que el lugar estaba maldito era poco. Alguien fue impactada por una flecha incandescente, creí ver que un punto en el suelo se tornaba más rojo pero no tuve momento para detenerme a observar era más importante poner en marcha la lámpara oculta bajo el encendedor y correr sin saber a dónde. En la confusión y el caos nos separamos y solo tenía a alguien detrás de mí. Pasando una penumbra acosante yacía una serie de cuartos adornados con arena en el azulejo, las paredes de adobe amarillo y erosionado, los cuartos se presentaban con barrotes y sabanas tapándolos. Parecía una cárcel antigua y secreta. Conociendo el recinto, encontramos a mucha gente, gente sin expresiones, desnutrida y sin habla a excepción de “ella”. Después de observarnos subir y bajar los cuatro pisos que se podían acceder por las escaleras que se localizaban al fondo de un sin número de celdas, nos dijo que era todo lo que había en ese lugar. Yo no me explicaba cómo podía sobrevivir y de donde obtenían el alimento. Era un lugar muy extraño, al final de cada piso había un cuarto medico, azulejos verdes era el piso y pared, contenía equipo médico sofisticado y era el único lugar con electricidad. En el segundo piso había un recuadro con una leyenda sobre el edificio, contenía 34 pisos sobre el principal que era por donde habíamos entrado y otros 100 pisos por debajo, lo curioso era que en el piso principal donde iniciaban las escaleras hacia arriba, había indicio que también había escaleras para abajo solo que estaban rellenas de concreto a tres cuartos, haciendo los pisos subterráneos imposibles de acceder. Recorrimos el tercer y el cuarto piso sin encontrar nada más que celdas, al regresar al tercer piso vimos una puerta muy peculiar, tenía un cerrojo electrónico. En nuestros bolsillos llevábamos navajas suizas que habíamos modificado por mi profesión de ingeniería, con ellas pudimos abrir esa puerta. Entrar fue como pasar a otra dimensión, el lugar estaba impecable, reluciente y sin polvo con una atmosfera verde proporcionada por las paredes completamente cubiertas por jade y muebles que imitaban el color. Parecía una oficina, había un escritorio principal y el cuarto era dividido en dos por un arco en medio. Era extraño que no tuviese un lugar ha guardado, el lugar era fresco aunque no tuviese electricidad, solo una serie de ventilas en el piso. Al otro lado del arco había una sala de estar donde reposaban los muebles con una mesa en el centro y una pequeña licorera, la olí, era coñac. Oí un suspiro de sorpresa, fue de mi compañera que había encontrado algo que hizo dilatar mis pupilas, un elevador. Era plateado metálico, ordinario como muchos elevadores. Tenía solo un botón, el cual oprimimos y se abrió, su luz ilumino todo en la sala y la oficina, en su tablero estaban marcados los 100 pisos subterráneos y los 34 pisos superiores. No nos atrevimos a presionar ningún botón que nos podría transportar una vez más a otra dimensión, pero hicimos la prueba desde afuera. El elevador no tenia servicio. Salimos para regresar a nuestra realidad. En el segundo piso reencontramos a “ella” y le cuestionamos acerca de ese cuarto misterioso con el elevador, a lo que respondió que ella jamás había visto algo así y enojada con un poco de miedo grito que llevaba años viviendo ahí y era una falta de respeto a su antigüedad tratar de meterle ideas. Se marcho y nos dejo solos. Estábamos cansados y heridos. Lo recordamos al regresar de aquella dimensión desconocida que fue el cuarto con el elevador. Mientras yo reposaba en el segundo piso en un cuarto que encontré deshabitado, mi compañera regreso del cuarto piso, me narro que había encontrado una serie de escaleras que llevaban a los cuartos superiores, entonces el piso se sacudió. Eran los naturales que asediaban la montaña. No tuvimos más opción que cerrar los ojos y abrazarnos con todas las fuerzas que nos restaban. Sus cabellos humedecidos por el calor picaban mi piel y su aroma la confundía con la sangre que impregnaba nuestras ropas. El ataque termino, no volvimos a ver a nadie del grupo y a la pareja. Decidimos volver al cuarto con el elevador. La atmosfera a jade nos abrumo esta vez pero no importo, el elevador esta vez sí funciono.

Wednesday, July 01, 2009

Clara, Cindi e Ibu. (Parpadear)



En mi sala rococó un libro leía, uno de los pocos que me interesan. Es rojo. El tiempo se perdió entre sus hojas, esperando el momento preciso para tratar de confundirme. Fue cuando llegue al número indicado de páginas cuando las palabras comenzaron a jugar algo parecido a los encantados. Cambiaban de posiciones simultáneamente y al azar. Su travesura me mareo un poco, y como mis ojos me pesaban un tanto que decidí ponerle fin al juego de palabras para dormir. Tuve un sueño, de esos que llego a un punto y me harto de tanta ilusión y prefiero despertar. Al abrir los ojos, me sentí aturdido y con la vista borrosa como si me sacudieran el sofá. Me levante y mire por la ventana. Observe a la vecina que paseaba a su can, luego me opte por ver quien se encontraba en la casa. Parpadee. Estaba acostado en el sofá de nuevo. Una vez más me levante y pise mis lentes negros que reposaban en la alfombra. Me chupe los dientes demostrando mi enfado y parpadee. Estaba acostado en el sofá una vez más. Trate de reincorporarme pero no pude, trataba de mover mis extremidades pero no pude. Solo pude pensar. Caí en cuenta que era inútil, fue cuando decidí parpadear una vez más y no despertar acostado en el sofá.

Wednesday, June 03, 2009

Monday, June 01, 2009

Apolo Dios Del Cohete














Il y a aucune distance que ma musique ne peut atteindre.